LA jornada es mas entretenida que la de ayer, pero poco que destacar, algún cordón de dunas y poco más.
Parada mañanera para el sólido, aquí el gran Toni, botella en mano, preparado para el almuerzo
Seguimos con las últimas dunas
En uno de los cordones, vendría para nosotros uno de los mayores sustos del viaje, una duna cortada, pero de las que habíamos pasado ya miles, el tema fundamental es que no sabíamos cuanto de cortada era, por no llevar la referencia del coche de delante, entonces veo como mi padre la encara demasiado fuerte y al llegar arriba, no afloja lo suficiente, y pasamos de ver cielo a suelo, pero VOLANDO literalmente, y caemos en picado con el morro. Una buena ostia, de la que a dia de hoy no se cómo no saltaron los airbags, y menos mal que era bajita, porque si llega a ser mayor, no se lo que hubiese pasado.
Fue un error de conducción, no sabemos si por falta de concentración después de tantos días sin hacer dunas, o por lo que fuese, pero el golpe fue brutal.
Después del susto, seguimos y aparentemente todo va bien, menos mal, pero no te puedes fiar hasta el ultimo dia, la puedes cagar al menor fallo, o tú, o la mecánica.
Ya vemos el final del desierto, la ultima parte es muy ratonera, dunas muy cortas pero muy seguidas, como una montaña rusas, zona muy técnica, muy parecida a Tunez, decían los expertos.
Salimos a la primera hamada, volvemos a hinchar por ultima vez, y paramos a comer
Por la tarde vendría el plato final del viaje, la Hamada Zener, nos quedaban 240km desde el punto donde estábamos hasta la salida a la carretera, y como “supuestamente” no habría pérdida, nos dejaron libertad de movimiento, otra vez se trataba de seguir waypoints y listo.
Pero el problema básico de nuestro GPS es que no llevábamos mapa, y sí tenemos y vemos el track, no exactamente el track, si no una sucesión de waypoints unidos por rectas, pero esas rectas no son el camino real. En el Garmin, directamente y no se la razón, solo veíamos waypoints sin unir, y para mas lio en cierto punto se juntaban los del dia de la ida con los de hoy, vuelta. Todo esto tiene su explicación a continuación
Pues salimos los segundos, detrás de Sanglas, después de atravesar un cañón, con zonas cuasi-trialeras, con enormes piedras y escalones, la pista se abre y salimos a la hamada.
A partir de ahora y en los próximos 200km o mas solo se ve una llanura en la que solo ves horizonte mires a donde mires, lógicamente no es plano como parece, tiene sus sorpresitas…
Llevo yo el coche, mi ritmo es conservador, no paso de tercera, porque es el ultimo día, no queremos cagarla al final, pero los coches nos van pasando, primero Iñaki, luego Kenneth, Rafa también, hay momentos en los que rodamos solos muchos kilómetros, pero en cierto momento te desvías del track porque pierdes las rodadas, intentas recuperar el rumbo, pero te metes en un oued (rio seco de arena) o una zanja y la cagas. En esa tensión por querer correr más, me trago un oued de pleno, clavo freno, pero no lo puedo evitar, y damos 2 botes, que pensé “se acabó”, creía que habíamos roto algo seguro, pero por suerte no.
Esta misma situación se volvió a repetir, 200 y pico km de hamada dan para mucho, aunque no me comí ningún oued mas, ya iba con mucho mas control. A parte nos empiezan a despistar cuando por radio unos hablan de los waypoints de ida, otros de los de vuelta, esto es un caos, estamos solos en medio de la nada, no hay coches por delante ni por detrás, yo intentando encontrar la trazada, intentando evitar oueds, no yendo muy lento porque según mi padre íbamos los últimos, pero tampoco apretando mucho por si nos comíamos un oued, todo aderezado con unos cuantos gritos y discusiones, un final de fiesta exquisito.
Por fin localizamos la famosa auto-pista, que no dejaba de ser una pista ancha mas arreglada para los camiones, que nos sacaría del desierto y nos llevaría a la civilización, después de un momento de duda, donde vemos pasar a un coche en la dirección que no era, cambiamos el sentido, y por fin tras un tramo grande por la auto-pista, salimos al asfalto, llegamos al primer pueblo, y esperamos en la gasolinera. La gran sorpresa (no para mí) es que llegamos los cuartos, cuando íbamos a llegar los últimos…
En la gasolinera esperamos al resto del grupo, y veos el único desperfecto en el coche, el intermitente izquierdo está colgando, debido a la rotura de una pestaña que lo sujeta, que se rompió al pegar la morrada en la duna por la mañana, la aletas cedieron un poco hacia fuera, y se partió la pestaña. Podemos estar contentos después de todo lo pasado, que solo tengamos esta pequeña pijada
El resto de grupo, tardarían muchísimo más, casi dos horas o más después que nosotros, llegan de noche ya al campamento, similar al del primer día, cerca de la carretera, en una zona de piedras, horrible para acampar, aquí es cuando echas de menos una tienda de techo, en la cual te evitas estos problemas.
Cenamos y me voy para la cama pronto, el cansancio se nota, y a partir de ahora solo queda aburrido asfalto hasta volver a casa.
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